domingo, 11 de enero de 2015

Shock the Monkey to Life


Harto de escribir en muros..., vuelvo al blog.
En la tapa dura de una libreta de muelle tengo escrita una frase sencilla: "A veces, no conseguir lo que uno quiere es una oportunidad". Está escrita hace muchos años, a lo mejor cazada al vuelo o se me ocurrió mientras garabateaba presupuestos o planificaciones. La libreta se llenó y la conservo en un armario de la oficina del estudio de grabación. Es una frase que podría estar en un libro de auto-ayuda. Esos libros que hacen tanto daño a la humanidad occidental y tan ricos a los que los escriben. Publicaciones que te indican que eres un desgraciado y te llenan la cabeza con cosas que, si hicieras un minuto de reflexión, se podrían resumir en una línea: "Sé tú mismo". Pero tu te empeñas en vivir la vida de otro, y además a toda velocidad.

Por mucho agua que bebas...

Hace unas semanas fui como un colegial en fin de curso a recoger las notas y a despedirme. Esas notas eran el resultado en que se resumía todo un año, duro como la carne de pescuezo. Como no había dado la talla me habían suspendido. No había llegado a tener suficientes células madre para aprobar. Había llenado de basura mi exámen final y me echaban de allí.

...por mucho ejercicio que hagas...
Volví al viejo hospital con mi médico. El conoce mis preferencias sobre estar bien informado, eliminar el miedo. Sus palabras no fueron muy alentadoras. Pinta muy mal, es la primera frase que dijo. Ya no hay más tratamientos. Si la quimioterapia para el transplante no ha conseguido eliminar el linfoma, la quimioterapia que ponemos para tratarlo en condiciones normales no va a hacerte nada. Además un tratamiento nuevo te quitaría toda calidad de vida porque tienes el organismo muy tocado. Prefiero que tengas calidad de vida, y que viajes, y que te diviertas. Esto lo dijo con total sencillez y calma. Le pregunté, entonces lo dejamos así hasta que se me acabe la batería, ¿no? ¿Hay plan "B"?

...por mucha dieta alcalina que tomes...
El único plan "B" que hay es ponerse a la cola para conseguir un donante. Así que estamos a la caza y captura de células ajenas para poder retrasar el "apagón". La solicitud ya está en marcha.

...por muchos libros de los hombres del espacio que leas...


Me fastidia inmensamente que cuando me ven y me dicen, ¡qué buen aspecto tienes! No lo soporto, más sabiendo que me estoy muriendo, que tengo un montón de achaques y que con esas preguntas inoportunas me recuerdan que me queda poco tiempo. Porque en cuanto pueden me dicen aquello de: al sobrino de la cuñada de mi hermano también tuvo lo tuyo y menudo bien que está ahora. Se tomaba cuatro zumos de limón por las mañanas y hacía ochocientas flexiones con una mano. Esto último es sólo para poner más ridícula la situación. ¿Qué es lo mío?¿una linfoblástica?¿una linfática?¿una mieloide? ¡Que noooo! Que lo mío es una de células grandes y encima es agresiva como un hipopótamo.

...te vas a morir igual.
Tengo que tomármelo con un cierto sentido del humor, porque si no, todavía lo pasas peor. Y me acuerdo de aquella frase de "a veces, no conseguir lo que uno quiere es una oportunidad". Me he propuesto pasármelo lo mejor que pueda con la gente a la que quiero, haciendo lo que más me gusta y hasta que el cuerpo aguante. Esta es mi oportunidad de no tener que dar explicaciones, de fijarme sólo en mis intereses y no poner en cuestión mis metas en función de mis clientes. Que han sido muchos años de estrés y te das cuenta de que el sufrimiento no genera eficacia.

A tu lado pasan cosas cojonudas que te las estás perdiendo.
Hace casi tres años que Chus González se enteró de que me habían diagnosticado una leucemia. Ya había leído alguno de mis post y la tituló como el blog. Shock the monkey to life me llegó por correo electrónico, la letra no se entendía muy bien pero la música me enganchó. Poco tiempo después me integró en su proyecto Copernicus Dreams y la canción ha ido creciendo como el grupo. Saldrá publicada en el primer álbum de Copernicus Dreams que estamos cocinando. Es una canción que habla de segundas oportunidades, como la frase que escribí en aquella libreta. Siempre hay una salida aunque haya un muro delante. Porque estamparse contra el muro cuesta lo mismo que girar 90 grados y encontrar nuevos horizontes. Si no te gusta tu vida, haber elegido una pastilla de otro color.


Shock the Monkey To Life (Laredo, 2014)


Por la libertad de expresión

lunes, 27 de enero de 2014

Cambio De Siglo / Turn Of The Century

He vuelto. No te olvides de mi o te perseguiré.
Tenía en el bolsillo una tarjeta de viajes "Go as you please", más un montón de datos en la cabeza sacados del Ajoblanco y del Disco Express. En una libreta llevaba las direcciones de emergencia de Release y de otros lugares donde acudir si la cosa se ponía mal. Pero lo mejor era callejear para descubrir las pequeñas tiendas de discos londinenses. Los escaparates eran verdaderamente atractivos, nada que ver con el amontonamiento de portadas sin interés que sufríamos en una ciudad de provincias. Aquel verano se editaron unos cuantos discos importantes, sólo recuerdo dos a los que ciertas tiendas les dedicaron el escaparate completo. Uno era de Neil Young, que traía la famosísima "Like a hurricane", y el otro era de Yes llamado "Going for the one". Ambos discos llegarían a España con unos meses de retraso. Ya sabes, pensando en el mercado navideño. Mis amigos los compraron. Yo lo hice cuando salieron en cd, muchos años más tarde.

"Going for the one" fue el último álbum de Yes al que presté atención. Me parecía un disco con muy buenos momentos y temas más cortos, pero que oía de ciento en viento. Es que hay tanta música que escuchar..., que reposa en una estantería por si algún día..., por si algún día. Yes había sido una de mis bandas favoritas en la mitad de los 70, luego llegaron otras músicas que centraron mi atención. Desde que pasamos de 2000 a 2001 he procurado seguir un ritual extravagante. No me importa confesarlo, porque no me avergüenzo de hacerlo. Es de ponerme siempre al empezar el año una canción de aquel disco de Yes. Se trata de "Turn of the century" (1). Como si todos los años fuera cambio de siglo, buscando borrar el pasado y que el futuro sea mejor. El tema es muy lírico y a veces épico, basado en las guitarras de Steve Howe, Jon Anderson canta una historia triste de un tal Roan y su mujer enferma. Todo ello con toneladas de reverberación que enfrían la canción hasta que se te hiela la sangre. Es la magia de la música, que transforma tu percepción para llevarte a la deriva por otros mundos. Cuando el silencio llega te notas limpio de la suciedad del pasado, de los problemas de otros que terminas haciendo tuyos, y así comenzar de nuevo en un año que ya gatea.

Julio 2013. En la oficina móvil. ¿En septiembre me darán el alta?
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No pensaba volver a escribir, pero MONO se despertó en agosto. Después de languidecer durante unos meses renació con dientes más afilados. Me llenó de malestar e hinchó mi vientre. Después de tantos meses, sólo pensaba en el alta durante la revisión de septiembre. Y septiembre llegó con un escáner y malos números. La leucemia había vuelto y había que determinar si era la misma o se había convertido en algo más agresivo.

La biopsia cerca del hígado me llevó al quirófano por una hemorragia interna. Laparoscopia de urgencia y el primero de varios ingresos seguidos. En el segundo comencé otro tratamiento de quimioterapia. Llueve sobre mojado, y los efectos secundarios comienzan a manifestarse más agresivos. En especial hay uno que me produce un hormiguillo en las yemas de los dedos y los duerme. Esa falta de sensibilidad me impide tocar instrumentos de cuerda, una pena.

La quimioterapia debería ser con estos líquidos

Parece que mi médula está débil y necesita un auto-transplante. Si no fuera suficiente, se buscaría un donante. Pero no vamos a adelantarnos tanto, porque ya es norma de la casa no pensar más que a unas semanas vista. Así que, después de la cuarta sesión de quimioterapia me enviaron a otro hospital para recoger las células madre necesarias para el proceso.

¿Cuánto son muchas pastillas?
Un auto-transplante consta de varias fases. Te hacen unos análisis y pruebas. Te implantan una catéter especial llamado Hickman. Te pones un montón de viales de Zarzio para que salgan las células madre a la sangre. Y por último, te recogen esas células a través del Hickman, que es un dispositivo de doble sentido, en una máquina y las guardan para insertarlas de nuevo en el organismo.

Cuando estás preparado, te ingresan en una habitación de aislamiento. Durante una semana te someten a una quimioterapia un poco bestia para limpiarlo todo. La siguiente semana te insertan las células que sacaron en el proceso anterior. Y la tercera semana esa médula tiene que comenzar a funcionar.

Puerta giratoria. Un viaje a otra dimensión.
De la sanidad pública a la privada.
Todos estos procesos no los pueden hacer en mi hospital. Por lo que, me trasladan al hospital de Cruces. Allí llegué justo después del día de Navidad. Sólo había estado una vez hace más de veinticinco años, inconsciente por unas fiebres muy altas. La puerta principal es una "puerta giratoria". Curioso término que se aplica a la acción de muchos políticos encargados de la sanidad pública que pasan a la sanidad privada o a empresas relativas a sacar dineros de la sanidad como negocio. Al entrar, aquello parecía un centro comercial: gente, gente y gente. Cada minuto que pasaba dentro me ponía más nervioso. Ya se iba pareciendo a una jaula de grillos.

Darpón (Consejero de Sanidad) candidato a la puerta giratoria.
Ya piensa en "clientes", cuando debiera pensar en pacientes

Estuve en consulta con el médico que iba a encargarse de todo el proceso. Me llenó de información y de fechas. El día 31 de diciembre, colocar el catéter. El día 2 de enero, pruebas. El día 7 de enero, sacar células madre. Sobre papel, todo perfecto. En la práctica todo un desastre. Si quieres vivir una vida tranquila, nunca dejes que te operen un 31 de diciembre. Días malos de dolor en la zona del inquilino que me habían insertado en el pecho. Ya el día 2 hubo que cambiar de planes y transfundir sangre y plaquetas. Más dolor y el día 6 a urgencias. Fiebre y dolor, no podía mantenerme de pie. Ingreso.

Basurto. Pabellón de hematología y oncología.
Un cinco estrellas
Acostumbrado al estándar elevado en el hospital de Basurto, donde me han tratado desde el principio, la ciudad sanitaria de Cruces me pareció muy deficiente. Un hospital antiguo, además, afectado por los recortes con personal desmotivado.  Ha sido la peor experiencia que he vivido en un hospital. Mientras alternaba las tomas de litros de Paracetamol y antibióticos de "amplio espectro", como me repetía cada vez que me visitaba un hematólogo, pensaba en cómo iba a poner mi vida en manos de esta gente. Personal de sanidad envueltos en el caos y en la desidia. Parece que trato con dureza a esta gente, pero cuando la vida está en juego me revuelvo y muerdo. Comuniqué mi desconfianza a dos doctoras. A la primera por la contaminación de mis análisis, que dieron lecturas erróneas porque quien extrajo la sangre extrajo también suero y antibiótico. Se disculpó con un "en todos los hospitales en los que he estado se cometen errores". Y a la segunda doctora con la que tuve conflicto fue porque le reclamé los números de los análisis. Tuvo que volver con los números en papel, y cabreada dijo que en vez de estar leyendo las analíticas tendría que estar visitando a otro paciente. Interesante comportamiento de alguien que lleva una etiqueta en una bata blanca que pone Dra. Ana X - Hematóloga. Se marchó bien servida a las 14:30 horas. Hubo más incidencias como para que cada una figurara en una hoja de reclamaciones, pero me las callo porque si no me sube la tensión y puede que estampe a MONO contra la pared.

Como siga así me voy hacer más agresivo que Makoki.
Ya tengo la bata del hospital sólo me falta el casco con cables.

La causa principal de este ingreso ha sido la infección del catéter. Dentro del hospital atrapé una neumonía de la que todavía tengo una tos canina, además de estar molido por la legión de antibióticos que me han inyectado. Pero uno de los mayores problemas que he tenido ha sido sicológico. Desde hace un par de meses llevo pensando que como me ingresen otra vez me veré muy afectado sicológicamente. Ya ha sucedido. El hospital te deja muchas horas para pensar. Y no todas esas horas estás soñando despierto con lo que harás cuando te cures. Cuando empiezan los escalofríos y la temperatura sube a 39C el ánimo se cae. Y el ánimo se ha caído muchas veces estos días. La culpa también ha sido de la fiebre durante 10 días seguidos y de los médicos que no han sido capaces de cortarla antes.

Volveré a despertar aquí. El mejor lugar para librarse de todo
Por si no lo sabes, soy ateo. En esos momentos de convulsiones y de temperatura alta he llegado a pensar que la Tierra debe ser el infierno de otro planeta. Algo loco para alguien más guiado por la razón y la lógica que por las creencias en el hombre del espacio. El hospital hace que pierdas el control, que te desorientes y no sepas separar la realidad de los monstruos que aparecen en los sueños. Y piensas en cómo será ese momento en el que se acaban las oportunidades, ¿habrá túnel de luz? O ¿será como cuando salta la luz cuando estás en el baño? A lo mejor hay una tercera vía y te despiertas del sueño sobre un césped bajo los árboles en flor en un lugar lleno de abundancia donde siempre es primavera y no hay enfermedades.

Yes. Turn Of The Century en Directo 2004

Yes. Turn Of The Century. Estudio 1977



(1) La versión enlazada en el texto de Turn Of The Century corresponde a la versión que hizo del tema Annie Haslam, la cantante de Renaissance. La guitarra sigue siendo de Steve Howe. Para mi, el mejor guitarrista de rock vivo. Por su versatilidad, inspiración, delicadeza y fuerza interpretativa. Este vídeo está subtitulado en castellano.

Playlist 2013

Con un poco de retraso pongo lo que más he escuchado, leído o visto durante el pasado año. Eso no quiere decir que sea una lista de "Lo mejor del año", ni tampoco sea material editado durante 2013.  Ya hay millones de listas de todo tipo, la mayor parte bochornosas, que reflejan la estupidez humana a la hora de mostrar lo que más debe gustar a la masa en vez de lo que más gusta al que la escribe. En todas partes hay sobres, en el mundo musical también.

Escuchar







Conciertos

Ajenos
Sanchesqui presenta Was Sacred. Sala Cúpula. Bilbao
Gramophone Man vs. Black Crowes. Arenillas. Islares. Cantabria.

Txema Collider AKA. Sanchesqui. Tremendo concierto.


Propios

Playing in the band. Tocando con Copernicus Dreams.
MONO me estaba machacando, pero no lo sabía.
Ke No Falte. New Bilbao. Bilbao
Ke No Falte. Atxuri. Bilbao
Ke No Falte. Repelega. Bizkaia
Copernicus Dreams. Camping. Castro Urdiales. Cantabria.
Copernicus Dreams. Albatros. Laredo. Cantabria
Copernicus Dreams. Concurso Pop Rock Villa de Laredo. Clasificados como mejor banda de Cantabria.

Copernicus Dreams. Laredo. Agosto 2013

Cuando empezaba el post y hablaba sobre mi callejeo londinense en mi primer viaje buscando tiendas de discos. Crecían como setas. En mi último viaje sólo pude entrar en dos tiendas. Habían desaparecido. Eso mismo le ocurre a mis compras de música. El año pasado sólo compré dos discos en tienda física. El 80% se lo compro directamente a los artistas o a los sellos de los artistas.

La música pop de la marca España es letal. Ya sabes que el pop español no me gusta. Reconozco que hay unos músicos grandiosos y es lo que escucho. Discos instrumentales de folk y jazz o de artistas apartados de las listas de éxito son muy difíciles de conseguir y me quedo sin ellos. Así va el país. Me hubiera gustado conseguir el último de Javier Bergia, alguno de los múltiples proyectos de Diego Galaz, Nacho Mastretta, y otros muchos grandes músicos que andan dando vueltas por la península.

En el panorama vasco me ocurre algo parecido, aunque es más dramático. Las bandas de pop y rock son un calco de las inglesas y americanas. Mucha gente pensamos que les sacan discos porque cantan en euskera. Hay una pobreza de ideas galopante. La lista de mejores discos vascos del año que vi en una revista da pena. Pero hay grandes músicos y grandes ideas que están editando discos que pasan inadvertidos. En mi playlist sólo he reflejado dos, llenos de matices y de ideas inspiradoras.

Leer

Lee para tener una mente abierta

Orson Scott Card. El Juego de Ender. B de Bolsillo
Orson Scott Card. La Voz de los Muertos. B de Bolsillo
Dan Simmons. Los Cantos de Hyperion. Ediciones B
Blanca Romá. Una Más del Batallón. DM
Nuccio Ordine. La Utilidad de lo Inútil. Acantilado Bolsillo
Revista Mongolia
Gallardo & Mediavilla. Todo Makoki. DeBolsillo

Lectura omnívora
Mucha ciencia ficción. Me chifla. Tal vez porque de pequeño en vez de caramelos me compraban tebeos. También porque en aquella tele de los años sesenta veía series increíbles como Viaje al fondo del mar, los Invasores, Star Trek o las marionetas futuristas de Gerry Anderson. Pero también me interesan otras cosas como la cultura, por eso el libro La utilidad de lo inútil me parece tan interesante. Imprescindible me parece el libro de Blanca Romá. Una edición en papel de su blog Una más del batallón. Transmite algo que no se puede comprar, ni tomar en pastillas, que es mantenerse frente a frente ante un cáncer sin perder la gracia y la dignidad. Porque miedo, todos hemos tenido miedo, hasta que ves que no estás solo.

Todo está en los libros

Ver

Breaking Bad. 5a temporada 2a parte
Homeland. 3a temporada
Fringe. 5a temporada
Black Mirror. 1 y 2a temporada
Clear History

Con tanto tiempo libre tienes que plantearte pasar el día lo más entretenido posible. Para evitar embrutecerte ante la televisión o estar todo el día enganchado a la red social, tienes que planificar qué contenidos te gustaría ver. Por la tarde, cuando el cuerpo ya te avisa que se acaba la gasolina, es el momento de las series y de las películas. Hay tantas series que a veces cuesta decidir, pero me salvan las tardes cuando el cuerpo dice basta.

domingo, 14 de julio de 2013

El Pozo De Los Deseos / Wishing Well

...Pues eso...

“All Iron” era lo que escribían los ingleses con tiza sobre el mineral. Ese día los mineros de Gallarta cobrarían una paga extra. “Todo Hierro”, era lo que gritaban los trabajadores  con euforia deformando el inglés hasta convertirlo en “¡Alirón!”. Eso es lo que cuenta la leyenda o la historia de Bizkaia del siglo XIX. Aquél “Iron” dejó grandes riquezas en la provincia vasca a la vez que cráteres, pozos y ruinas industriales que se pueden ver por la comarca de Abanto y Zierbena.

Deconstruyendo un símbolo
Ese grito de júbilo se incorporó a los antiguos himnos que ha tenido el Athletic Club desde hace más de un siglo. Y parece que ha pertenecido al universo del fútbol bilbaíno desde siempre y no a los pozos de la zona minera de los montes de Triano. Ahora que San Mamés se desintegra bajo las máquinas de demolición, contemplo con una cierta tristeza los alrededores del estadio llenos de jubilados viendo cómo desaparece un teatro de juego en el que han vivido emociones muy intensas gritando aquella palabra de los mineros.


Aunque no te guste el fútbol, el Athletic mola. Sus directivos NO.
“Alirón” también es el nombre de un bar entrañable para nosotros durante estos últimos meses. Está al lado del campo de fútbol y cerca del hospital de Basurto. Allí hemos pasado muchos minutos de nervios, de incertidumbres, de desganas y de buenos momentos los jueves por la mañana. A esa hora no hay partido, pero hay resultados de analíticas.

Siempre ha habido buenas noticias al salir de aquí.

No me gusta tomar té en los bares, está ardiendo, no sabe a nada y las teteras cromadas son un fracaso de diseño industrial. Prefiero una cerveza, sin alcohol, claro. Me he acostumbrado a su sabor y distingo las diferentes calidades. Hay muchas muy malas aunque, el tiempo me ha modelado el paladar para saber cuáles son las más finas. Y en el “Alirón” hay buena cerveza, buenos “pintxos” de tortilla, “wi-fi” y gente maja tras la barra. Qué mejor entorno para rebajar la ansiedad. Esta semana hemos estado varias veces.

¡¡¡Salud!!!
Esta semana se ha cumplido un año desde que empecé a tomar quimioterapia. Ese 9 de julio inolvidable. Otro día en negro que he convertido en rojo festivo en mi calendario. El recuerdo del de 2012 que durará toda la vida lo celebré con una analítica nueva y unas cervezas. Resultados el día 11, coincidiendo con el aniversario del tercer día del primer ciclo de quimio. Aquel día en que llegué al hospital con la tensión por el suelo y me tuvieron que transfundir. Este año iba a ver a mi hematólogo, y cuando llegué al pabellón donde ha girado nuestra vida estos últimos 365 días noté una alfombra roja bajo mis pies. Una tranquilidad de satori me invadía, como si me encontrara sentado en la cima del mundo y fuera su dueño.

El escenario es la cima del mundo.
Jose ha llevado todo mi proceso. Es mi hematólogo. Le conozco desde hace muchos años porque trató a mi padre hace mucho tiempo. Confío en él y en todo el equipo. He establecido con todas las personas que han tenido que ver con mi tratamiento unos lazos especiales. Tal vez por eso me siento tan bien cuando están cerca. Porque de una manera o de otra me han salvado la vida. Y eso lo valoro tanto que ellos ni se imaginan el aprecio que les tengo. Yo, que siempre he sido un rebelde, nunca pensé que iba a dejar mi vida en manos de alguien sin rechistar y que hicieran su trabajo sin oponerles resistencia. Ellos saben qué hacer con mi salud, yo sé hacer música. Jose me habló de cosas que no me hubiera creído hace dos años: que he sido un enfermo modélico. Por todo, por mi actitud ante la enfermedad, por cómo me había dejado tratar y por cómo les había tratado a ellos. Me contaba esto mientras buscaba la información sobre mis resultados en la pantalla del ordenador.

Esto era lo que se veía en el ordenador del Hospital

Los números fueron apareciendo. Tenía mis dudas sobre la sangre. Ese cansancio que tengo debe ser que habré pasado de 10 por los pelos. Ya sabes, para una persona normal el mínimo es 12. Pues el ordenador reflejó un 11,6 en sangre y el resto de las constantes en límites tolerables, o podíamos llamarlos normales. Impresionante documento. Ahora sí que me empezaba a dar cuenta de aquella “Remisión Total” de hace unos meses. Y lo importante es que ya no tengo que tomar aquella colección de pastillas, antibióticos y píldoras para protegerme de otras píldoras. EPO cada dos semanas, para que mi sangre vaya pillando más octanos que una canción de Pendulum. La siguiente revisión en septiembre. Esperemos que la leucemia sea en esos momentos un montón de líneas en este blog y unas fechas señaladas en el calendario.  Salí dando botes, ahora me lo creo. La sanación está a punto de completarse. Vamos al “Aliron” a fijar las sensaciones y a relamer las buenas noticias.

Con tanta EPO me siento como un Ferrari.
El número 11 tiene algo de cabalístico, mágico o llámalo “X”. Así que nos llevamos la magia del 11 de julio como si fuera lo que tú sueles llamar “cumplevida”. Siempre felicito con música esa acumulación de juventud que son los cumpleaños. Suelo usar un tema que considero una de las canciones de mi vida. Hablando de pozos mineros y de encontrar abundancia, se titula “El Pozo De Los Deseos”. Es la canción que abre “Heartbreaker”, el último álbum de la banda Free. La canción es de hace 40 años, pero parece grabada el año pasado. Aunque me cueste reconocerlo, qué bien envejecen todas aquellas canciones de rock de los setenta.

El primer disco que compré de Free, después de tener su discos
en cassettes.
Free es uno de los pilares de mi educación musical. Cuando soñaba con tocar en una banda de rock tenía quince años, un año menos que alguno de los componentes de este grupo cuando empezaron a grabar. Tendría que esperar un poco, porque Bilbao no era Londres. Aunque tuviera autobuses de dos pisos de color rojo, un río que la partía en dos y un club de fútbol fundado por los ingleses. Así que seguiría soñando viendo las portadas de los singles de la banda como “A little bit of love” con el grupo en directo con las espaldas bien guardadas por torres de Marshall a pleno rendimiento. Algo indescriptible cuando te masajean la espalda desde la primera nota.

Cuando eres un chaval sueñas con vivir en la portada de un disco

La canción más conocida es “All Right Now”. Seguro que la has escuchado alguna vez. Incluso, uno de sus temas sirvió para dar nombre a uno de esas bandas de rock llena de virtuosos llamada “Mr. Big”. En “Wishing Well” ya no está uno de los músicos que influyó en mis primeros años tocando el bajo. Andy Fraser fue sustituido por Tetsu. Sería la última vez que grabarían juntos el guitarrista Paul Kossoff, el batería Simon Kirke y el cantante Paul Rodgers. Para este disco se unió John Bundrick “Rabbit”, fenomenal teclista que hasta hace poco estuvo con The Who. Paul Kossoff, uno de los guitarristas más finos que he escuchado, fundó Black Street Crawler y falleció tres años más tarde. El corazón no soportó tanto abuso de drogas. Simon Kirke y Paul Rodgers fundaron Bad Company junto al ex-King Crimson Boz Burrell y al ex-Mott The Hoople Mick Ralphs, con un primer disco que llegó al número uno en listas. Kirke y Rodgers siguen en activo con sus respectivas carreras. Rodgers incluso se unió a los supervivientes de Queen para montar un Frankenstein del rock con repertorio de Free, Bad Company y Queen. Proyecto que no he seguido porque Queen me dejó de interesar tras su tercer disco.

Un año después vamos a cerrar el círculo poniendo mis pelos
 en manos de Walter para que los haga desaparecer.
Long live Salón Central
“El único momento en el que estás satisfecho es cuando metes tu pie en el pozo de los deseos” . En todo este tiempo he deseado, como mínimo, estar como estoy ahora. Pero me dejé llevar por la corriente a donde me llevara. Y, aún así, la riada de medicamentos me ha traído hasta una orilla. Ahora me recuperaré en la arena y seguiré el camino hacia nuevos territorios que la nueva tierra, en la que he despertado, me ofrece. Sin mapas, disfrutando y creando con todo el tiempo del mundo por delante.

Que el pozo de tus deseos sea profundo y lleno de abundancia

Free. Whishing Well. 1973

Bad Company + Slash + Neal Schon. Whishing Well. 2002

viernes, 21 de junio de 2013

Vine A Bailar / I Came To Dance




La alfombra de la memoria tiene ya muchas calvas.
La memoria se me va pixelando. Cada vez que quiero buscar algo la encuentro llena de huecos. De desiertos de recuerdos. Lugares llenos de vacío en los que no puedo echar nuevos recuerdos. Las experiencias que se han gastado ya no volverán a la pantalla de revivir que todos tenemos. Alguien me dice que tal día de hace veinte años yo hice algo en concreto, y no me acuerdo. Hasta hace bien poco, mi memoria era mejor que el archivo de la BBC.

Los recuerdos vienen y van con la marea
Hay pocos días en los que haya podido fijar mis vivencias tanto como el 24 de junio de 2012, en el que descubrí otros pacientes de otras dolencias que escribían blogs. El 9 de julio en el que comencé el tratamiento de quimioterapia, y el 21 de junio, tal día como hoy, del año pasado en el que estuve todo el día tirado en el sofá, lleno de malestar y fiebre, con el teléfono en la mano.

Sólo ha pasado un año de vertiginosa montaña rusa. Inolvidable por el sentimiento de ver cómo se despiertan emociones dormidas y el sentimiento de solidaridad. He pasado de la tristeza y poca esperanza con mi futuro, a tener los cimientos de una nueva vida plena. Los días van siendo más amables conmigo y me dejan estar de pie, pensando en nuevas oportunidades. Alguien me está dando la alternativa de seguir acumulando más juventud. Quería compartir esto contigo, porque hoy es un día grande y tal vez intercambiemos unas palabras de deseos y de gozos.

Posando para no olvidar
Era feliz escuchando música de ciertos creadores, aunque no fueran muy conocidos. Uno de esos huecos llenos de música en mi memoria lo ocupa Nils Lofgren. A lo mejor es la primera vez que lees su nombre y vas a escuchar una canción suya. Yo le conozco desde que Neil Young publicó su tercer disco, “After the gold Rush” y le aprecié desde que un amigo me dejó un doble vinilo suyo en directo que nunca devolví. Pero si te digo que, es uno de los guitarristas de la “E street Band” de Springsteen, tal vez caigas en la cuenta de quién es. Incluso llegó a tocar el "Desde Santurce a Bilbao" al acordeón en el estadio de San Mamés que ahora están derruyendo.

Hace ya muchos años estuve viéndole en Vitoria-Gasteiz, en una sala llamada "Elefante Blanco". Un tío que había tocado en estadios llenos estaba a un metro de mi tocando la guitarra acústica para no más de cincuenta personas. En ese concierto sonó este “Vine a bailar” y refleja el espíritu animado que tengo hoy. De pasar la vida entre alegría y creación. También me he acordado de Nils Lofgren porque hoy tenemos una cosa en común: Es nuestro cumpleaños.


Nils Lofgren - "I Came To Dance"

lunes, 13 de mayo de 2013

Las Calles De Londres / The Streets Of London

Nubes rojas a la cena, buen tiempo espera

Al lado hay dos mujeres. Una de ellas lleva pañuelo en la cabeza. Hablan de la preocupación de estar preocupada. ”Preocúpate de estar bien y de no preocuparte” le dice la que está sin pañuelo. Creo que su mal está muy avanzado y hablan de quimioterapia radical. Es duro escuchar esto cuando estás llegando a la meta y las analíticas van dentro de lo previsto. Con voz entrecortada, se dicen que vamos a ser ese veinte por ciento que sale de ésta. Su nombre suena en la megafonía de la sala, se llama Yolanda.

Luchemos, vamos a convertir ese 20% en 100%
Siempre se me ha dio mal el dibujo en la escuela. Por eso pinto con palabras en una libreta. Este retrato que he colgado en la entrada es real. Lo pinté cuando esperaba mi turno para la limpieza semanal del PICC. Esa sala llena de gente aguardando una palabra de esperanza entre tensión y emoción contrastaba con mis nervios de acero. Me consideraba extraño, venía a un trámite. Como el que va a una rutina, irme a limpiar el brazo al hospital era mi trabajo semanal. Y eso era todo lo que tenía que hacer para estar bien.

El brazo incorrupto. Las heridas de guerra: el punto
donde estaba el PICC y las marcas de las cicatrices
de las ampollas.
Ya no tengo que ir. El brazo se liberó hace unas semanas. Y ahora mi trabajo es tonificarlo y recuperar la movilidad después de estar nueve meses con un tubo desde el biceps hasta el corazón. Pero aunque ya no tenga que ir tan frecuentemente al hospital, recuerdo esos retratos de palabras. ¿Qué habrá sido de aquellas personas? De Yolanda y de su acompañante. De la anciana que decía a su hija “menuda mala suerte, empezar el tratamiento en el año 13”. Desde que MONO se subió a mis hombros vivo más despacio, soy más humilde. Cuando vi aquellas tres letras en aquel informe de Osakidetza: LLC, se me quitó la estupidez. Me di cuenta de la cantidad de gente que sólo se conforma con vivir en dignidad. Que cuando yo sentía que estaba mal, todavía había alguien que estaba peor. Y éste no es el consuelo de tontos, sino que me daba más ganas de ponerme bien para reclamar ayuda para el que está mal.

Es hora de reencuentros con los amigos con los que la
leucemia puso la barrera. Con Joni delante de su tienda
de discos en el Record Store Day 2013.
Ahora que he dedicado un tiempo a reflexionar sobre estos últimos dos años, releo en mis recuerdos la letra de una canción. Cuando la escuché las primeras veces, sólo entendía su título. Tendría unos catorce años cuando oí por primera vez “Las calles de Londres” en casa de un amigo. El disco no estaba editado aquí, pero alguien lo había traído de Inglaterra. El autor es Ralph McTell, un cantautor inglés con muy fuertes influencias del blues rural americano. Apareció en su segundo disco “Spiral staircase” en 1969 y la grabó en una sola toma, guitarra y voz. Ralph todavía sigue activo, porque los músicos no nos jubilamos nunca. 


Buscándose la vida en las calles de Londres

Años más tarde, el sello Guimbarda especializado en folk lo rescató y lo editó en España en formato doble. Entonces entendí la letra. La canción habla de la soledad también mediante retratos de gente. Y el mensaje es que cuando piensas que tu estás mal, hay gente que todavía está peor. Deja esa puerta abierta a la esperanza, porque no hurga en la desgracia de los personajes que viven ignorados por la sociedad. Ellos viven su vida así y no piensan más que en seguir viviendo. Se iba a titular “Las calles de París” debido a las experiencias de Ralph en la capital francesa durante en un viaje en auto-stop por Europa.


Nuestra vida no es miserable, es la lección que
necesitamos aprender.

"Has visto al viejo en el mercado cerrado
recogiendo periódicos con sus zapatos desgastados
En sus ojos no se ve orgullo
colgando en un costado están los periódicos de ayer
contando noticias de ayer.

Has visto a la anciana que camina por las calles de Londres
Con el pelo sucio y la ropa raída
No tiene tiempo para hablar, sólo camina.
Lleva su casa en dos bolsas

Cómo puedes decirme que estás solo y que el sol no brilla
Te llevaré de la mano por las calles de Londres
Te enseñaré algo que te hará cambiar de opinión..."


Cinco palabras valen más que cinco mil imágenes.

Recuerdo haber escuchado en una entrevista al cineasta José Luis Cuerda indicar que la palabra vale más que mil imágenes, porque al leer las palabras nos enseñan a leer imágenes y sonido. También dijo que Lalo Azcona, el periodista, le comentó una vez que los directores de cine debían de dejar de ir en taxi e ir en autobús para escuchar a la gente. Es curioso porque ahora pongo la oreja en las personas, cuando antes la ponía únicamente en mí. Escucho el sentimiento y la emoción, idiomas que no te enseñan en la escuela. Y cuando crees que todo el mundo tiene lo mismo que tú: una persona que te quiere y te cuida, que te acompaña en esa sala de espera donde los minutos se hacen eternos, que está allí para animarte cuando estás bajo y montar una fiesta cuando estás contento, entonces te das cuenta de que hay gente que está sola. Gente que sólo tiene compañía gracias a la ley de dependencia, o que está acompañada de su hijo en las sesiones de quimioterapia porque no tiene a nadie con quien dejar al chico. Niños que tienen que crecer de golpe. Personas que sólo tienen la compañía virtual de gente al otro extremo de internet.

Al otro extremo de la red siempre hay alguien que te está escuchando

Este post, que cierra esta trilogía del recuerdo que presenta algunas de la experiencias que he vivido durante los últimos dos años, quería dedicárselo a quien lucha o ha luchado en soledad. En especial a Analía y a Pedro. En dos líneas, Analía me dijo lo que me iba a pasar después de la quimioterapia. Algo que el médico nunca me dijo. Lo que demuestra que entre pacientes nos podemos ayudar, compartir realidades y generar solidaridad.

Aunque todo salga mal ahora, sabes
que subirá la marea para poder navegar
Una libreta me ha acompañado durante las esperas en el hospital. Anotaba ideas, porciones de texto para descargar la frustración ante las situaciones injustas que nos llegan de despachos a los que nunca tenemos acceso, retratos en letras de la solidaridad de la gente, el amor y el sufrimiento. Páginas amarillentas llenas de sensaciones y experiencias, pero en ningún momento dibujé la cara de la soledad.

Ralph McTell. The Streets of London. 1969

Ralph McTell. The Streets of London. En directo en 1986


Epílogo: Pánico en el hospital Parte 2



Parece que los que llevan traje y corbata no están
haciendo bien su trabajo.

Estos días nos han vuelto a apuñalar por la espalda. Cuando creíamos que todo estaba un poco tranquilo, nos han vuelto a quitar un montón de millones de euros para sanidad y para los dependientes. Hace unos días pasé por la recepción del Hospital de Basurto durante la concentración del personal sanitario para protestar por los recortes del consejero de sanidad del Gobierno Vasco. Un tal Darpón.


Oye Darpón: Los enfermos no somos clientes. A lo mejor
tú si que te sientes cliente porque la sanidad te importa
sólo como número. La tarjeta sanitaria lleva un número de
afiliado y no un código de cliente.



Al final, todos los que llegan a gestionar los derechos sociales y sanitarios hacen lo mismo y lo más fácil: deconstruir lo que estaba bien. Están a la órdenes de la economía y sus inútiles gestores. Que, en vez de recopilar el dinero que hay desperdigado en cuentas paradisíacas y regular esas atroces prácticas de piratería financiera para ricos, empobrecen a quienes les damos de comer. Apoyo la pelea por conservar la sanidad pública, e incluso mejorarla. Junto con la cultura y la investigación, es el futuro; y no el llenar los garajes del ministerio de defensa con 18 todo-terrenos SERT de 800.000€ la unidad para que queden obsoletos entre telarañas. El camino no es desalojar a la gente que protesta, sino unirse a ellos.



Firmas contra tijeras. ¿Quién es más fuerte?