jueves, 11 de octubre de 2012

Todos tienen algo que ocultar excepto yo y mi MONO / Everybody's got something to hide except me and my MONKEY


Los cielos del oeste. Mañana volverá la luz.

El camino me ha enseñado que la vida es breve y redonda. Que cuando menos te lo esperas la tortilla da la vuelta. Quien ahora está abajo luego estará arriba, y viceversa. Es la ley del Karma. Yo ya he estado muerto, hasta que decidí acabar con lo que me había matado, hasta que decidí acabar con la leucemia. Entonces renací y la vida es más brillante aunque el panorama alrededor sea lo más parecido al día después de un incendio en un parque natural.

También las tortillas de los viernes dan la vuelta y se ponen más alegres

Hace muchas semanas que no apunto nada en el blog. Ahora volvemos a mover Shock the monkey to life. Coincide que en estas fechas Shock the monkey, la canción, está sonando en directo en EE.UU. Peter Gabriel está de gira recordando su disco de hace 25 años llamado So. Esa gira pasó por San Sebastián en aquellos años 80 y allí estaba yo, en las vallas delante de Tony Levin. Ah! El tío Tony, como le llamamos Mayte y yo, qué persona más entrañable. Él hizo que me enamorara del Chapman Stick, ese fantástico instrumento que ahora toco.

El Chapman Stick.
Enamorado de su sonido desde el segundo disco de Peter Gabriel
Estoy escribiendo desde la sala de espera del pabellón del hospital en el que me atienden. Hoy toca limpieza de PICC como todos los miércoles a las 12:10. Ahí dentro me esperan Azucena y Lourdes para pasar unos minutos especialmente agradables mientras cuidan que mi brazo no se infecte. Allí hay mucha presión, pero su forma de ser y su buen humor hace que nos sintamos cómodos y confiados. Hoy he podido sentarme mientras espero, las últimas semanas la sala estaba atestada de gente y prefiero que se siente otra gente, porque a lo mejor están peor que yo. Hay mucha gente deteriorada a mi lado. Puede que yo esté peor que ellos, pero siempre pienso que estoy mejor que la mayoría. ¡Ah!, pensar, qué acción más exótica. 

Siempre pienso que estoy mejor que mucha gente que piensa que no tiene nada en la salud. La razón es muy sencilla, desde que acepté la enfermedad, digo lo que pienso y pienso lo que digo. No me interesa caer bien a todo el mundo, esto me libera de un montón de tensiones. Conmigo mismo y con los demás. Antes sólo pensaba y pensaba. Hacía muy pocas cosas completas. ¿Le agradará esto a mi cliente Tal? ¿Estará bien decirle esto a Pascual? ¿Esta música gustará al cañero pero angelical director de la serie más horrible para la que he hecho una banda sonora? Pensar, pensar y pensar. Nunca actuar, ni expresar. ¿Qué más da? Haga lo que haga, lo que voy a conseguir es una respuesta. Y una respuesta es mejor que un pensamiento encerrado en una jaula.

Ahora paso muchas horas solo y eso me posibilita aprender de mis silencios. Antes también pasaba muchas horas solo, cuando trabajaba. Estaba un montón de horas encerrado en mi sala de control magnífica, llena de aparatos sofisticados y muy caros escuchando sonidos llenos de vacío y carentes de imaginación. Inversión millonaria para trabajar con ideas de estercolero. Lo que pasa es que esto no se lo podías expresar al guitarrista de turno o al rapero con sus Nike nuevas porque te podían meter el Pro Tools por donde se rompen los cestos. Pero es así, me voy guardando cosas y voy llenando mi vida de frustración. 

Si las paredes de esta sala hablaran...
Desde que supe un poco de la vida de mundo del arte, me pareció un lugar lleno de carencias. De gente poco desarrollada y llena de frustraciones. Usaban las canciones, las pinturas, las esculturas, las novelas, los ensayos y las películas como vía de escape. Hay tantos mensajes de socorro en las obras de arte como gente puebla las urgencias de los hospitales. Incluso hay montones de capítulos en las biografías y en las autobiografías de los artistas que están llenos de S.O.S.

Urgencias. Os lo juro por Snoopy, esto está lleno siempre.

John Lennon era una de esas personas, incluso tituló "Socorro" una de sus canciones, uno de sus discos y una de sus películas. Por lo que ha trascendido en los documentales y en los libros que hablan de su persona o de su banda, siempre le tacharon de deslenguado y de que decía las cosas como eran y no como se debían de expresar para que no molestaran. Incluso alguna agencia gubernativa de las que se autoproclaman de inteligencia le tuvo en el punto de mira. Compuso esta canción llamada “Todos tienen algo que ocultar excepto yo y mi MONO” para el doble blanco, cuando The Beatles estaban en su peor crisis, después de poner a parir al Maharishi en "Sexy Sadie" y el título coincide con lo que ahora siento. Hay demasiada hipocresía en nuestra vida cotidiana. Tanta, que una vez coloqué un cartel en la oficina de la que yo era responsable con la leyenda: "Los que hablan mal de mí, si supieran lo que pienso de ellos, aún hablarían peor". Eso fue en los años 80 y sigue en vigor ahora, tanto que hay un grupo de FaceBook con este nombre. Por lo que hoy, con el número 695 en la cola para pedir hora para la sesión de la semana que viene y con más de veinte por delante, me apetece hablar de las cosas que me pasan por la cabeza y que a veces comento con Mayte, pero que muchas me guardo. Seguro que a élla le daría un poco de corte poner. Llevo ya una hora sentado esperando. ¿Los malditos recortes en personal? Algunos parece que en vez de pedir una cita para consulta están negociando un viaje a Bali.

Llevo 21 semanas seguidas de baja, y he estado entrando y saliendo del hospital desde febrero. El año pasado dejé de trabajar con continuidad en abril y en todo este tiempo he perdido a casi todos mis clientes. Tengo muy pocas esperanzas de encontrarme con alguno cuando probablemente en primavera vuelva a abrir el estudio. Ahora mi futuro está abierto, lo tengo que pensar así. Si acumulara menos juventud me plantearía marcharme de este país en el que chapoteamos como cerdos, y cada vez somos más en la pocilga. Esto se lo debemos a la piara de políticos que están ahí para aprovecharse. Ellos se comen las trufas y nosotros las bellotas.

Esos políticos que dicen que vivimos por encima de nuestras posibilidades le dicen a mi hospital que se acabaron las Neulastas (medicina reforzadora de defensas). Que ahora me den Zarzio. Que ya solo el nombre suena a zafio, a blanco y negro, a algo que te va a sentar mal. Era lo que se recetaba antes de aparecer la Neulasta. Esto refuerza este texto, volvemos a los años oscuros. Efectivamente. Después de tomar la inyección te empiezas a encontrar mal. Me advirtieron de los efectos secundarios, pero no los imaginaba así. Además, la tortura se prolonga durante cinco días. Neulasta era una única dosis sin putadas, Zarzio son cinco dosis, cinco días seguidos y con más efectos especiales que Prometheus. 

Un poco de EPO para sanar más rápido. El producto energético favorito de muchos deportistas.
A los de dos ruedas les vuelve locos.
Yo sé que Mayte y la gente como ella que se dedica a la enseñanza están muy mal de ánimo. Y me pone triste. Tienen un jefe que lo único que le importa es la españolidad y su máximo exponente de cultura es la corrida de toros. Que le importa un huevo que un niño pague el 21% por un libro. Tiene un gran problema de categorías mentales. Es muy fácil ser jefe así. Te señalan con el dedo, te sacan de tu profesión de tertuliano manipulador y te ponen en la mano una goma de borrar del tamaño de un misil norcoreano para que haga desaparecer todo lo que no le guste, a él y a los que pagan al gobierno. Que no son los inquilinos de la pocilga, sino los dueños de las fábricas de pienso, de abono, de boticas, de energía y de los que construyen esas pistolas con las que nos anestesian para distraernos mientras nos sacan los jamones y los choricitos tan ricos. Y cuando Mayte me viene contando las historias del colegio pienso que, de qué están hechos los padres de ahora educados a base de Bola de Dragón y Playstation. Que se hunden en sus sofás poniéndose una de esas pistolas de anestesia de la marca Tele 5 o TVE, que ahora son casi gemelas. ¿Porqué no se mueven y luchan para que sus hijos tengan derecho a una educación pública y no a una doctrina? ¿Porqué no luchan para que los colegios públicos tengan medios? No entiendo por qué un niño no pueda llevar un lápiz y un cuaderno al cole porque nadie tiene dinero para comprárselo.  Qué diablos de conciencia hay..., qué importa la prima de riesgo si el rebaño pasa hambre de saber y de alimentos. Entonces hay que pensar que, esa calaña que se junta para insultarse al más puro estilo del teatro clásico en lugares altamente protegidos son perjudiciales para nuestra salud.

Conciencia de clase hasta la médula
Y de la salud no quiero hablar, porque tendría que decir muchas cosas de la persona que lo lleva. Esa que parece todo un melanoma y que tiene un Jaguar en el garaje y que no sabe de dónde ha salido. Que es incapaz de decir dos frases coherentes delante de un micrófono. Que tiene el cargo porque estaba allí donde repartían las papeletas y que no se sabe cómo recogió más que los demás.

Durante estos últimos años hemos conocido muy bien a quienes nos roban el pienso y nos matan de frío. Todos esos que se juntan en esos establos de primera y rebuznan a gusto. Da igual de qué color tengan el pelo, porque cuando entran ahí todos tienen el mismo objetivo, vivir a costa nuestra. Da igual el color de la cuadra: Azul, con golondrinas; Roja con claveles; Morada con porras y guadañas. Se me acabarían los colores de tantas como hay. Da igual dónde esté el establo, en Vitoria, en Valencia, en Toledo, en Madrid, en Bruselas..., todos son igual de dañinos.

Ahora es tiempo de campaña electoral en mi granja. Cuando los burros políticos están en celo democrático cambian su cuerpo de asno por el de conejo. Las mismas orejas largas, lo que pasa es que al conejo le duran más las pilas para seguir contando bobadas. Y te hablan de temas tan complejos como la construcción de motores de avión en el Parque Tecnológico de Zamudio como de temas tan problemáticos como los desahucios. Si en la vida han trabajado en nada que no sea mover la lengua, si nunca han ido a parar un desahucio, ni siquiera a organizar unas condiciones para que no se lleguen a producir. Pero, aunque todos sepamos lo que pasa y que nos engañan, el día 21 de octubre saldrá otro asno lehendakari por cuatro años. Y encima, tenemos que dar gracias que nuestra granja todavía funciona un poco mejor que las otras. 

No avanzamos. Nunca lo haremos mientras prefiramos mirar al pasado y a las tradiciones. No nos atrevemos a romper la tendencia que nos ata a un sin futuro. Que preferimos vivir en los años 40 del siglo pasado, porque somos incapaces de tener arranque y enfrentarnos al siglo 21, quitando la máscara de los que nos quieren ganar la guerra que ellos han inventado. La gente joven y super preparada se empieza a marchar como en las películas de Alfredo Landa. Ya lo he comentado, yo también lo haría. Encima el chon mayor se regodea diciendo que los lechoncitos llevan la buena imagen de la pocilga por el mundo entero, mientras se fuma un puro. No se da cuenta de que después de todo el pienso invertido, y alguna que otra trufa en los últimos años, otros aprovecharán esos jamones pata negra y esos lomos para el beneficio de sus economías. Esto se ha convertido en lo que dice la canción "God save the queen", que nos hacía tanta gracia cuando la escuchábamos con dieciocho años. El punk, el borracho y el niño, son los únicos que dicen la verdad. 

Algunos familiares y algunos amigos son como los políticos, que sólo se acuerdan de tí cada cuatro años. Y cuando lo hacen y te llaman o te escriben, es como si te hubiera tocado la lotería. Se sienten pletóricos y creen que tú te tienes que sentir igual. Se sienten pletóricos porque creen que así te animan y esconden su torpeza de no saber cómo tratarte. Como saben que ya no te vas a morir de esto, vuelven a su rutina de pobres miserables ignorándote como antes.

Hace unas semanas leía en el blog de Ainara Trigueros sus apreciaciones de cómo tratar a un enfermo de nuestras patologías. No sólo no daba en el clavo, sino que en algunos puntos se quedaba corta. Ahora lo que buscas es solidaridad y apoyo. Lo que encuentras es vacío. La gente a la que echas de menos, un día te tuvo por alguien con un halo brillante, alguien especial. Hasta que se dieron cuenta de que tenías un coche de más de 20 años, coche clásico lo llamo yo, que ibas en autobús a trabajar, cierta sostenibilidad, que amabas tu profesión y que aunque hay muchos meses de vacas flacas no volverías a trabajar por cuenta ajena.

Esperando al tren, nuevo destino.
¡Ah!, el trabajo. Bendita cosa esa a la que tienes que ir cuando más sueño tienes. Soy autónomo, ya lo puse en algún sitio. Y no creo que el día en que pueda levantar la persiana de mi estudio, llamado Belfegore y que está en el barrio de Bilbao de donde soy llamado Zorrotza, tenga cola para que produzca discos o componga músicas para la tele. Si antes el banco no me ha embargado, lo utilizaré como base para mi propia creación. Algo que llevo semanas planteándome. Si el trabajo no viene al estudio, sacaré mi trabajo a la calle. 

Belfegore cuando lo abrí. 

Estoy en proceso de reciclaje. Esto me está llevando desde agosto, desde que toqué con KNF en Aste Nagusia 2012. Primero serán las ideas. Necesito despejar de las malezas de los prejuicios los caminos por lo que puedo discurrir . Del “esto no haré porque...”, del “esto no voy a ser capaz...”, estos son los planteamientos de los que huyo. Todos los trabajos son respetables si los llevas a cabo con dignidad. Lo importante es decidir qué voy a hacer durante los primeros meses. Ya lo planteé hace unas semanas, cuando estaba ingresado en el hospital, decidir ir por el buen camino o por el mal camino cuesta lo mismo. Y , como es algo que afectará a mi entorno personal durante los próximos años, tengo que planificarlo bien.

Mi trabajo..., ¡A la calle!

El MONO y yo tenemos muchas cosas que contar. De la vuelta a tocar en directo, de las visitas que hemos tenido, de la cantidad de gente maja que hay, de la cantidad de buenos momentos que tiene el día, de gente que hemos conocido en persona en estos meses de enfermedad. Pero ha habido unas semanas que hemos estado en un tris de quedarnos mudos. Pero lo hemos pensado mejor después de escuchar seriamente la canción de Lennon "Todos tienen algo que ocultar excepto yo y mi MONO". Es una canción tan seria que la letra la podía haber escrito un alumno de Mayte de ocho años. Así que, vamos a dejar las pajas mentales y a continuar lo que hemos empezado. La vida va pasando y el tratamiento también. La leucemia cada vez tiene menos peso en mi pensamiento. Esto es debido a que las cosas van mejor que bien. Ya no me importa la nausea, tampoco la desgana. Son parte de mi trabajo en pos de la sanación. Ahora mi trabajo es este, ya sabéis, EL OBJETIVO. Si te quedas en los detalles molestos te perderás la satisfacción de la evolución positiva. Si te quedas escarbando en la basura nunca aspirarás a ser feliz.


Hoy ha tocado hablar sobre cosas que generalmente no nos habíamos planteado cuando iniciamos el viaje hacia la sanación. Abrir la zona más oscura de nuestro cerebro y sacar los desperdicios para limpiar nuestra mente, para después contar cosas positivas en los próximos posts. Pero era necesario, por salud mental llegar a un desahogo. Os lo recomiendo. Echad la mierda fuera. Seréis más creativos, os respetarán más y viviréis más años. Eso puede implicar que le empecéis a caer mal a mucha gente. Pero, ¿Realmente esto importa después de haber estado muerto?

John Lennon siempre ha hecho discos muy malos. Incluso, si The Beatles hubiera salido hoy día  sería un grupo del montón. Lo que pasa es que en aquel tiempo se necesitaba algo que cambiara las cosas. No se sabía muy bien qué. Creo que ahora estamos en las mismas. Se necesita un cambio. No creo que llegue hoy, pero sé que vendrá, como en la canción de Sam Cooke



El único disco que me gusta de JL es Some Time in NYC.
Activismo político de multimillonario.
En este disco toca Frank Zappa, y eso cambia las cosas.
JL, FZ convierte tu disco en algo que merece la pena.
Pero dile a Yoko que se calle


The Beatles: Everybody's got something to hide except me and my MONKEY