miércoles, 24 de abril de 2013

El Lenguaje Es Un Virus / Language Is A Virus




Despertar en primavera. Seguimos avanzando
Desaceleración del crecimiento, movilidad exterior, préstamo en condiciones extremadamente favorables, procedimiento de ejecución hipotecaria, incentivar la tributación de rentas no declaradas, reformas estructurales necesarias, copago, gravamen adicional, externalización, crecimiento negativo, flexibilizar el mercado laboral, titularidad indirecta, coyuntura negativa, recargo temporal de solidaridad, ticket moderador sanitario, hoja de ruta, interrupción voluntaria del embarazo, jubilación activa, modular, cultura de la violencia, racionalización de plantilla, modificación de tarifas, 9.99€, factor de sostenibilidad, con la que está cayendo, líneas rojas, brotes verdes y humor amarillo. Caca, culo, pis. Vivimos en el país de lo políticamente correcto. Un lugar lleno de tonterías y frases absurdas para no decir nada.

Los peores virus salen mientras hablas
Adoro a Laurie Anderson. He seguido sus pasos artísticos desde que se publicó un viejo disco de mujeres en la música electrónica. Tiene tanto talento que podría hacer un álbum con el listado de eufemismos al que nos tienen acostumbrados los políticos. “¿Quién es más macho?....¿La vicepresidenta del Congreso o el presidente del gobierno?”. Su primer single se titulaba “No es la bala la que te mata (es el agujero)”. Sus actuaciones están más cerca del teatro que de un concierto convencional. De hecho, la primera vez que vi uno de sus espectáculos fue en el festival de teatro de Valladolid hace casi treinta años. Siempre que ha pasado cerca he ido a disfrutar con sus inteligentes puestas en escena sobre los roles de las personas, la política y los juegos con el lenguaje. Lanzaba sus actuaciones con los textos convenientemente traducidos al castellano. El disfrute es mayor si se comprende la comunicación. Porque la comunicación es lo más importante. Su tema “El lenguaje es un virus” es apropiado para estos días en los que todos intentamos confundir a todos.


"Estaba hablando con un amigo y dije:
Te deseo.
Y te he estado buscando.
Pero no pude encontrarte. No pude encontrarte
Y dijo: ¡Hola!
¿Estás hablando conmigo?
¿O estás practicando una de esas actuaciones tuyas?
¿Humm?

¡El lenguaje es un virus!"

Ahora he estado recopilando mis sensaciones de estos meses tan radicales. La enfermedad me ha puesto en el extremo de la vida. Y ahora es reconfortante disfrutar de la calma de la noche. Bucear entre mis recuerdos y experiencias que no he plasmado en estos escritos. Ya tuvo una parte en el post anterior. “Cuatro treinta y tres” era un compendio de amargura a lo largo de estos dos años. No quería decir que mis momentos estaban sumidos en la agonía constante. Sino constatar que, cuando estás convaleciente la vida sigue fuera de tu vida y tú quieres alcanzarla.

La vida fluye mientras estás en el sofá

Hace unas semanas me sentí un “enfermo mediático”. Tuve mis momentos en la radio regional delante de muchos oyentes por medio de La Ventana de Euskadi. Con Eva Domaika, un cielo de persona y una gran periodista (y no sólo lo digo yo). Estaba acostumbrado a escuchar este programa siempre con temas políticos. Me pareció una oportunidad para decir que los enfermos estamos aquí. Quería llamar a la leucemia y al cáncer por su nombre. Denunciar ese pudor antiguo de la gente que ve a la enfermedad como un castigo divino. La leucemia y el cáncer son enfermedades de las que se sale. En estos dos años he conocido a más gente que puede contarlo, que la que se nos ha ido. Por lo que, le transmití a Eva que a los enfermos no nos gusta el virus eufemístico de “falleció por una larga y penosa enfermedad”. Que no hay que ser tan políticamente correcto y decir: “El cineasta Bigas Luna murió de cáncer”. 

Eva Domaika, Mayte y yo en los estudios de SER Bilbao

Hablar a través de un micrófono me apasiona. Si no estuviera tan pegado a la música, la radio sería mi enganche vital. El poder de comunicar, el aprender de gente que sabe más que tú en temas que no enseñan en las universidades y el viajar a mundos inalcanzables sin moverte de delante del micrófono seduce más que espanta. Ya tuve mi experiencia de radio en las primeras emisoras piratas del Gran Bilbao. Aunque ese punto de vista romántico que tengo seguro que choca contra eso que llaman los manuales “industria informativa”. Donde los anunciantes, los grupos de poder y los políticos de mierda pesan mucho.

Las horas de sofá, escuchando la radio.
Hay un mal que considero peor que la enfermedad y es sentirse solo. En todos estos meses he pasado muchas horas en soledad. Horas en las que Mayte no estaba en casa por el trabajo, y por esos recados que antes compartíamos, pero ahora los tiene que liquidar sola. Esos momentos de inestabilidad y de malestar en los que ya no puedes gritar: “¡Mamá!”, en los que no te llena la música, ni puedes concentrarte en la lectura. En esos momentos, la radio me ha acompañado y nunca me he sentido solo. Todo es discutible pero, la radio tiene una cuarta dimensión y por eso resiste el paso del tiempo.

Inés y Chus en SER Castro-Urdiales
Y de estar tumbado escuchando Carne Cruda, Hoy por hoy o La jungla sonora, entre otros, me he convertido en parte activa de las ondas con micro-espacios en la Cadena SER de Castro-Urdiales, gracias a Inés Castresana y Chus González. Es una oportunidad para contar a la gente experiencias de la enfermedad y picar sus conciencias para que no sean tan confiados en las palabras de los dirigentes. Los políticos y el fútbol, la religión de este país, copan el mayor porcentaje de tiempo de emisión. Eso es vergonzoso. Comunica mejor una jubilada cuando llama a un programa de radio que el capitán de la selección, con su escaso “bueno sí, pero no, fútbol es fútbol”, o un ministro en una entrevista. Con ese lenguaje seudo-culto lleno de “a nivel de...” o “en base a...”, y con fallos gramaticales llenos de dequeísmos, finge estar suficientemente preparado para la responsabilidad que se le ha encomendado. Además de llenar de cortinas de humo con sus virus lingüísticos, ocultará convenientemente los asuntos que realmente nos interesan inventando eufemismos para que la ciudadanía se mantenga anestesiada. Para él sólo existen primas de riesgo, equilibrar el déficit, reajustes y los ciudadanos somos números, no ciudadanos. Digo un ministro como puedo decir un alcalde, un concejal, un diputado o el mismo presidente del gobierno.

Cuanto más hablan menos entendemos
Esta mañana, mientras oía a la estrella radiofónica más feliz de la tierra, he escuchado hablar a una dependiente. Me he quedado pegado al sofá, decía lo mismo que escribí hace unos meses: “...quieren que nos muramos, y cuánto antes mejor...” Esta mujer se llama Eva. En los años 80 fue muy famosa porque salía en televisión todos los días. Tenía un programa de gimnasia/aerobic llamado “Puesta a punto”. Eva Nasarre sufre artritis reumatoide y necesita una silla de ruedas. No me interesa ahondar en la vida de los que fueron personajes públicos, pero me llena de ánimo que haya gente con enfermedades luchando en la radio. Para las personas que no se pueden movilizar en la calle, la voz en la radio es fundamental para luchar contra los recortes salvajes en sanidad, dependencia y bienestar social. 

Bilbao es un pequeño Londres, me gustaría seguir subiendo al segundo piso
Es hora de tomar la iniciativa para defendernos, pero no sólo los que transportamos una enfermedad. Tú también, que crees que tienes buena salud y buen trabajo, puedes encontrarte en una situación parecida a la mía. En mi territorio quitan las subvenciones a la dependencia y salvan al equipo de baloncesto de mi ciudad. Quien hace eso es el mismo organismo. Me gusta mucho el baloncesto, pero me gusta más que la gente esté protegida y que pueda pasear junto al mar; a pie, con un andador, o en silla de ruedas. Dependiente o independiente. Debemos pelear por esto, y no por meter monedas en la televisión para ver la ACB postrado en la cama de un hospital desconchado pagado por la beneficiencia. Prefiero escuchar la radio y estar en mi entorno, en casa. Donde nunca estoy solo.

Laurie Anderson. Language is a virus. Home of the brave. 1986



Gracias a Inés Castresana, Chus González, Eva Domaika, Josu Ortega y Marijo Aranguren



Eva Nasarre. Coloquio sobre dependencia. Toledo 8 Marzo 2013



2 comentarios:

  1. sabes en la fundacion donde trabajo se les dice a todos los pacientes con cancer guerreros que van en su batalla, cuando se van les decimos angeles GLADIADORES porque dejaron de ser guerreros, ahora se elevaron se convirtieron en Gladiadores porque se fueron luchando hasta el ultimo segundo contra una enfermedad que como ellos dicen "si nos quito mucho pero el cancer me ha dado los mejores momentos". La mayoria de veces es necesario nestar al filo de la muerte para valorar y vivir al limite, un abrazo Luis!

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  2. El hogar, el entorno, la casa, donde el lenguaje no es un virus sino una vacuna contra la tontería, la soledad, el desaliento; "the home of the brave", el hogar de los valientes, de los que nunca callan, en el que nunca, nadie, se siente extraño.

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