viernes, 29 de junio de 2012

Shock the monkey


Shock the monkey es una canción de Peter Gabriel de 1982. Está llena de sonidos electrónicos y producida con la tecnología musical punta de la época. Tratamientos espectaculares a base de Fairlight (un sampler que costaba más de 25000$ de hace 30 años), cajas de ritmos Linn y otros juguetes de los que iré hablando más adelante. Equipos con los que sólo podíamos soñar. Compré el single en cuanto salió para estudiar cómo estaba hecho. 
Como habréis podido apreciar, es muy raro comprar un disco para destripar lo que lleva dentro. Pero es que yo soy uno de esos que vive la música, la imagina y, la mayor parte de las veces, sueña con ella. Todo mi mundo gira a su alrededor. Soy músico, compositor, productor musical y tengo un estudio de grabación. Una cosa me ha ido llevando a la otra desde que me subí a un escenario de colegio en 1973.





En Shock the monkey también sonaba un instrumento muy excitante que se llama Chapman Stick. Un instrumento de cuerda que lleva una parte de bajo y otra de guitarra. Sin caja de resonancia, es un mástil, un palo. Se toca de una manera un tanto peculiar apoyando los dedos contra el diapasón con una técnica que se llama tapping. Este es el instrumento que toco en directo en la actualidad.

Un día de 2006 me encontré en una consulta de hematología. Unos análisis rutinarios habían dado unos números muy raros. ¡Vaya fastidio!. Ahora tenía que volver al hospital, después de haber estado más de dos años entrando y saliendo con mi padre. Pasando noches interminables en aquellas butacas azules y luego tener que ir a las sesiones de producción en el estudio. Solamente acercarme al Hospital de Basurto en Bilbao ya me producía agotamiento.


Volví a encontrarme con todos los médicos que trataron a mi padre, era como regresar al pasado. El jefe de servicio me explicó lo que pasaba en mi organismo: “Tienes una Linfocitosis Clonal. Tus defensas no tienen fecha de caducidad y no se mueren”. Estas dos frases no se me han olvidado nunca porque fueron de gran impacto. Pensé que me estaba vacilando. En mi ignorancia supina sobre medicina, pensé que si tenía muchas defensas era prácticamente indestructible. El mal rollo vino casi de inmediato cuando me indicó que, un exceso de defensas que ya no sirven impide actuar a las que si sirven. Es como si produjeran un efecto barrera. Me indicó que era una enfermedad con sus grados. De momento yo estaba en la fase 0. Así que no había que preocuparse porque no requería ningún tratamiento. Revisiones cada seis meses y listo.




El año pasado la cosa se complicó un poco. Los ganglios del cuello se habían inflamado, los números de los análisis se habían disparado. Estaba fatal. Cada vez más cansado. Mi hematólogo me explicó, ahora hace un año, que la alternativa era la de una serie de ciclos de quimioterapia. Y comenzó a incluir en su discurso las palabras Linfoma y Leucemia. Y otras más comunes como indolente y caprichosa. Por último, crónica. Amigo ya te puedes hacer a la idea de que aunque te tomes toda la quimioterapia del mundo no vas a librarte de la enfermedad.


Tenía dolencias muy raras, como la inflamación de la cadera derecha con mucha fiebre. Asunto que me hizo pasar un verano muy caliente. Inexplicablemente desapareció en 3 semanas. Luego llegó la artritis itinerante, como si fuera AC/DC de gira: primero la rodilla, luego el tobillo, alguna semana más tarde el codo, saltó al hombro y ahora está abandonando las manos. Me estoy volviendo loco, o es que algún tarado quiere que pruebe todo el catálogo de dolores. En cambio yo lo que quería era una segunda opinión.
En enero de este año entré en Ke No Falte, una banda de Bilbao muy famosa durante los años 90. Incluso llegaron a número 1 en 40 Principales. Como había co-producido el nuevo disco me gustó la idea de volver a tocar en directo. Una noche de lluvia invernal bilbaína, tras un ensayo y descargando equipo con una buena sudada, comencé a desarrollar una neumonía. Fue mi primer ingreso y me perdí mi debut con la banda en Bergara.

Salí del hospital con un dos informes, el de respiratorio y el de hematología, además de un montón de dudas. Yo, que siempre tengo todo controlado, que planifico todo..., ahora no tenía nada más que una salud tocada y un montón de papeles. Envié copias del informe hematológico a otros equipos fuera del País Vasco. A la vuelta, los servicios de Madrid y París coincidían con la visión de mi médico. Había que tomar una decisión.

Como la neumonía no terminaba de arrancar, quedamos en ingresar de nuevo y aprovechar esta situación para hacer una biopsia extrayendo células de uno de los ganglios. Se confirmó el diagnóstico, Linfoma linfático. Desde ese día yo lo llamo MONO, Monkey en inglés. Acordamos empezar el tratamiento en cuanto se pudiera. Yo tenía unos compromisos en junio para tocar en la tele y grabar una cosa para radio, además venía mi cumpleaños. Así que, fijamos el 2 de julio como fecha de arranque.

Una vez que decidí lo que había que hacer, mi punto de vista cambió. Asumo que no voy a hacer desaparecer lo que tengo, se hará crónico como la diabetes y la bronquitis. Que voy a tener que seguir pasando controles de por vida. Pero que mis defensas van a volver a funcionar y dejaré de estar cansado. Que mi objetivo en esta vida seguirá su camino. Y desde que cambié el punto de vista, sólo me han pasado cosas buenas.





Ahora escribo desde el hospital. Tercer ingreso, llevo dos día con antibióticos. La neumonía está haciendo un fadeout muy largo y el linfoma saca su palmito para seguir provocando fiebre. Si todo va bien, las fechas del tratamiento siguen como estaban previstas. Empezamos el 2 de julio.

Shock the monkey, lo traduzco como Asusta al mono, es una canción exuberante. La letra da para muchas interpretaciones. Recuerdo haber visto a Peter Gabriel en los 80 y, cuando la presentó, dijo que trataba sobre los celos. A mí me da igual. Mi mono es otro y lo único que podemos hacer es asustarlo.




wheels keep turning

something's burning

don't like it but i guess i'm learning







6 comentarios:

  1. Espero que todo vaya bien y se vaya el mono a tomar vientos...

    Bss con neupogen que siempre vienen bien

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  2. Shock the monkey...kick his ass amigo!

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  3. ¡Vaya Luis¡ Lo que ha sido realmente un shock es descubrirte en este blog después de tiempo sin verte por Castro. Pensábamos que estarías liao con uno de tus múltiples proyectos. De todas formas estas cosas que comentas sobre música, me recuerdan a aquellas conversaciones tomando unas cervezas en el Trastos, donde destripábamos grupos y discos sin parar. Precisamente el otro día estuve escuchando aquel disco que me regalaste por mi cumpleaños y lo disfruté enormemente. El sentir la música de la manera en que la sentimos es un don y es el mejor asidero en el peor de los escenarios. Veo que sigues agarrado a él, como siempre. Seguiré al tanto de tus diálogos musicales a la espera de volver a compartirlos delante de una cerveza fresca.
    Un fuerte abrazo y un gran beso para Mayte.
    Bruno y Ana

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    1. Bruno, volveremos a compartir cervezas y, quién sabe si, algún escenario. Cuando la música nos atrapa ya no nos deja escapar. Así llevamos toda la vida.
      En los últimos tiempos hemos salido muy poco, pero no olvidamos los lazos que nos unen con la gente. Esto será pasajero y recuperaremos ese tiempo que ha quedado en suspenso. Habrá música nueva y nuevas sensaciones para seguir adelante.
      Nos emocionó recibir vuestro mensaje, así que Mayte y yo os mandamos un beso muy fuerte para los dos.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Venga, venga que yo tambien te ayudo a asustar el mono! Mono de los cojones a tomar Fanta pero YA!
    Un abrazo...

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